28.9.05

Hey, ¡¡pero si soy guapa!!

(OoOOOoOOooooOhh!! ¡Tania-chan actualizando su blog!)



La gente es muy rara. Sí, se que esto es una gran obviedad que todos sabemos. Somos raros, más raros que un perro verde. Y yo, la más rara de todos. Que no os parezca mal que lo diga, pero es mi blog, y si a alguien tengo que encumbrar como la líder de todas las rarezas y estupideces mundiales, tiene que ser a mí mísma.



Día del suceso: Domingo, 25 de Septiembre de 2005.
Hora del suceso: entre las 16:00 y las 18:00 (no lo recuerdo con exactitud).
Lugar del suceso: baño de mi casa.
Situación: Tania-chan cojea(*) desde el salón de su casa hasta llegar al baño, con el objetivo de ponerse una cola en el pelo para estar más cómoda. A tal fin, se sitúa delante del espejo y, de repente, ...


- Coño, ¡pero si soy guapa!

Exactamente eso fue lo que pensé cuando me puse delante del espejo. No es que fuera un día muy diferente a los demás: no estaba especialmente vestida, peinada, ni maquillada para la ocasión. De hecho, iba en pijama. Nada especial, vamos ... simplemente, me miré en el espejo y me encontré guapa. Guapilla, vamos: no una sexy Marylin Monroe ni una bella Ava Gardner. Simplemente, guapa.

¿Que os parece raro que pensara eso? Pues sí, lo es. Al fin y al cabo llevo veintitres años mirándome en el espejo casi a diario, tiempo suficiente para haber decidido si soy guapa o no hace bastante. Pero supongo que eso sería válido en el caso de una persona con menos complejos y con bastante más seguridad y confianza en sí misma que yo.

Y es que realmente da igual lo que te diga la gente. No importa que tu novio te repita una y mil veces que eres guapa y que la ropa te sienta igual de bien que a cualquiera de las chicas que ves andando por la calle y con las que te siempre comparas (con resultado negativo para mi en el 90% de los casos). Hace falta que lo descubras por tí misma. Y no vale que un día te hayas mirado delante del espejo y te hayas dicho "ale, estoy bien, ¡vamonos a la calle ya! :)", hace falta que te pase lo que me pasó en la fecha antes mentada: que te pongas delante del espejo y que en una fracción de segundo te des cuenta de lo estúpida que eres al gastar ese magnífico cerebro que la Naturaleza te dio en pensamientos que te hacen sentir un patito feo e inferior a los demás.

Lo más gracioso es que, para el caso concreto que estoy tratando (el ser guapa), sé exactamente en qué momento de mi vida mi cerebro sufrió un shock traumático (por decirlo de alguna forma claramente exagerada) que hizo que en adelante me sintiera fea y pequeñita al lado de casi cualquier otra mujer. Lo tengo grabado en mi memoria con imagenes que queman. Y quizás si esto le pasara a otra persona, no le afectara tanto como a mí. Pero a mi me afectó, vaya si lo hizo...


Día del suceso: no lo recuerdo con claridad, pero sé que era verano, y había algún tipo de fiesta en Mieres (seguramente San Juan).
Hora del suceso: en algún momento de la tarde
Lugar del suceso: el parque de Mieres.
Situación: Tengo un vago recuerdo de mí misma caminando con mi madre por el parque mientras un grupo mierense de algo así como black o death metal (increíble, ¿verdad?) estaba tocando una canción llamada "Sed de sangre" (en serio, ¡no me lo estoy inventando!).


Amplío más la situación.

Recuerdo que no estaba muy feliz: eran mis deciseis/diecisiete años, tenía problemas con mis amigas (por eso había salido con mi madre), tenía problemas para expresar mis emociones (de ahí los problemas con mis amigas) ... en fin, no era un buen momento para mí. Llevaba un vestido precioso, tipo chino, color azul y que me quedaba ajustado, pero no porque fuera pequeño, simplemente me quedaba perfecto (además, acababa de dejar la natación recientemente y estaba bastante delgadita). Yo no me lo quería poner porque sabía que la gente me miraría mucho, y lo que menos quería en ese momento era llamar la atención. Pero a mi madre le hacía ilusión que lo pusiera. Pensaba que me sentaría bien ponerme guapa y salir a disfrutar la tarde. Yo, como buena chica que era, me lo puse y salí.

En algún determinado momento de la tarde, mi madre decidió que era momento de irse a casa, y me dijo que antes yo fuera a comprar algo al supermercado. Yo me dije: "genial, iré sola. Así no tendré que hablar con nadie ni procurar ocultar que estoy triste".

¡Dios, lo recuerdo como si fuera ayer!

El caso es que hice la compra y ya me dirigía a mi casa cuando noté que un hombre me miraba. Yo me dije: "vaya, este vestido...". Y pensé que quedaría ahí la cosa. Pero no, el hombre se acercó a mí y tuvo el santo valor de hacerme una pregunta que creó la que quizás para mí haya sido la situación más avergonzante y humillante de mi vida.

Lo que preguntó, tras mirarme de arriba a abajo varias veces fue: "¿Me podrías decir dónde está el negocio?". Yo no le entendí, y notándolo, él añadio: "ya sabes ... " - miradita obscena - " ... el negocio".

En ese momento comprendí me quedé helada. Logré articular un "no sé de que me habla" y me largué corriendo. Lo peor de todo fue que, como buena chica que no expresa sus emociones, no dije nada al respecto a nadie. ¡La de problemas futuros que quizás me habría ahorrado de haberlo hecho!

Siete años después, descubro la razón de que me haya sentido feúcha todo este tiempo (**). Y lo peor es que ya sabía esto antes de mirarme en el espejo el domingo pasado. Sin embargo, antes del domingo no había logrado reconocer que en realidad soy guapa.

¿Porqué he tardado tanto en recuperarme del susto de "EL NEGOOOOCIOOO" (pronunciado con voz de malo de película de serie B)? Supongo que necesitaba que se produjeran unos cambios en mí antes de hacerlo. Creo que es lo que llaman madurar. Sin embargo, me gustaría pensar que el resto de cosas que quiero que cambien en mí no van a tardar tanto tiempo en hacerlo. Mi próximo objetivo es dejar de pensar que no valgo para la informática (en concreto) ni para ninguna otra profesión (en general)...

Leñe, como tarde siete años en "curarme" lo voy a tener crudo para encontrar un buen trabajo xDDD




Bueno, ahora llega el momento en que debato conmigo misma si debo publicar esto o no. ¿Debo abrir mi corazón a toda la gente que lee mi blog y con la que no tengo confianza? ¿O debo dejarlo guardado en un cofre calentito y mullidito cerrado con siete llaves? ¿Deshojo una margarita o lo decido a cara o cruz? ...

Está bien, lo publicaré y que sea lo que dios quiera. Si os reís de mí la próxima vez que me veaís por la facultad me enfadaré mucho, lo prometo.

(xD)




(*) Me quitan la venda dentro de cinco días. Espero que me cure bien el esguince :)
(**) Aún me seguirá pasando durante algún tiempo, esas cosas no desaparecen así como así. Pero de alguna forma, ese pensamiento que me cruzó la mente delante del espejo me ha dado muy buen rollo y me hace pensar que el tema de la belleza/fealdad no me va a afectar de la misma forma que antes nunca más.